Cuando aprendemos inglés, el vocabulario es uno de los pilares fundamentales. Generalmente, tendemos a traducir las palabras a nuestro idioma y buscamos aquel término que más se parezca a la palabra que estamos estudiando. Pero, cuando traducimos palabras, perdemos mucha información que nunca llegamos a aprender y que resulta esencial para conocer el verdadero significado de una palabra.
El bagaje cultural de las palabras es la definición, la historia, la razón de ser de una palabra. Cuando la traducimos a otro idioma, nos dejamos todo el bagaje cultural por el camino y “cortamos de raíz” su contexto cultural para adaptarlo al nuestro.
Es cierto que podemos aprender más rápidamente, pero si nuestro objetivo es aprender bien y llegar a ser bilingües, tenemos que saber elegir nuestra estrategia de aprendizaje. Podemos hayar un buen ejemplo en las antiguas lenguas indias, y especialmente en la lengua cherokee.
La palabra «cherokee» parece ser originaria de los vocablos Choctaw «Cha-la-kee»,»aquellos que viven en las montañas» o «Chi-Luk-ik-bi», «aquellos que viven en el país de las cuevas».
La lengua es polisintética, es decir que las palabras están compuestas por morfemas, fragmentos mínimos capaces de expresar significado. La cherokee los combinan obteniendo distintos significados. La palabra «di-ti-yo-hi-hi», por ejemplo, contiene morfemas que traducidos individualmente dirían: «el que afirma reiteradamente, en fin, y con un propósito», pero unidos significan «abogado».
A partir de este ejemplo podemos ilustrar mejor el concepto de bagaje cultural de las palabras. Así, cada vez que aprendemos una nueva palabra en inglés, debemos hacerlo aprendiendo los distintos significados que nos ofrece el diccionario (en el idioma que estemos aprendiendo), a través de los contextos en los que podemos usar esa palabra, y a través de sinónimos en esa misma lengua.
El slang (registro coloquial e informal de los idiomas) es otro ejemplo que ilustra el concepto de bagaje cultura, pues una palabra puede tener significado diferente dependiendo de la ciudad y el contexto histórico en el que se empezó a usar.
Además, es muy recomendable estudiar la etimología de las palabras. En muchas ocasiones, la del inglés y la del castellano coinciden, y nos resulta más fácil entender el bagaje de las palabras.
Resumiendo, aprender inglés no es únicamente aprender vocabulario. Implica un mayor conocimiento del contexto cultural de las palabras.